sábado, 4 de abril de 2009

Amaneceres tempranos


Llamémosle costumbre o simplemente manía... sí, soy de esas pocas personas a las que les gusta dormir poco... más bien lo necesario.
Aunque sea una de tantas otras fijaciones psicológicas extrañas que pueblan mi vida y suene a desvariación mental encuentro aprovechar cada minuto al máximo como uno de los pequeños placeres de la vida que aún nos podemos permitir hoy en día... ese despertar cuando todo esta en silencio, cuando no hay más ruido que el de la cafetera, cuando no hace falta mirar el reloj, cuando tu única preocupación es no saber que vas hacer hoy.

Prefiero vivir, no dormir.

3 comentarios:

  1. La verdad que es dificil levantarse siempre temprano y poder a la pereza (uno de los pecados capitales...).

    A mi también me gusta, muchos días, madrugar y aprovechar al máximo, pero hay otros, que el cuerpo clama al cielo mas y mas horas de sueño.

    Los domingos yo le doy a mi cuerpo su ración de 12 (o mas) horas de cama (cualquiera diría coma por lo que tardo en despertar...) para toda la semana jeje

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  2. Esta vez comparto tu opinión completamente. Yo también prefiero dormir excasas horas y el resto, vivir.
    Yo no escucho la cafetera, sino el tic-tac del estúpido reloj de mesilla que me indica que estoy perdiendo segundos de tiempo que podría disfrutar estando en cualquier otro lugar, o mejor aun, divagando entre mis pensamientos, cosa que últimamente me agrada más que nunca.

    Me ha encantado descubrir este blog, querida Irene. Me pasaré más a menudo.

    Un beso, Rocío

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  3. A mi me encanta dormir, pero suelo prescindir de dormir a cambio de pasar más tiempo despierto, aunque sea tiempo "perdido"

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